Al parecer los pronósticos pesimistas en muchos de los casos se han quedado cortos. Analistas económicos dicen que las pérdidas se asemejan a las de la Segunda Guerra Mundial.
Entre los rubros más castigados se encuentran las aerolíneas. Pese a las medidas que se han tomado, no se aminoran las pérdidas que suman miles de millones de dólares. Han dejado en tierra los aviones grandes para aprovechar y tratar de llenar la escasa demanda de vuelos y el cierre de fronteras de los países.
Otra industria muy golpeada está siendo la restaurantera. De aquí dependen directa e indirectamente miles de empleados y en el caso de México, apenas comienza a sufrir, pero el panorama no es alentador.
Claro ejemplo de ambas situaciones se encuentra Volaris con una pérdida bursátil de arriba del 60% de su valor y el de Alsea (propietaria de Starbucks, Vips, Chili’s, Italiannis, etc.) con una pérdida superior al 50%; y apenas estamos empezando.
Por otro lado el petróleo está por los suelos (entendemos que de ahí se extrae, pero su precio no debiera andar así). En nuestro presupuesto 2020 se tuvo a mal proyectarlo ligeramente arriba de 50 dólares por barril (con un escenario pesimista de arriba de los 40 dólares). La sorpresa… la guerra entre Rusia y Arabia Saudita que nos ha dejado un precio de algo así como 10 dólares por barril. Como dato curioso, extraerlo ronda los 13 dólares por barril.
Este costo de extracción y nuestro presupuesto para el 2020, nos deja ver que estamos no solo ante un gran problema para el ejercicio del gasto público y programas sociales contemplados, sino que no hay dinero para contingencias como la que enfrentamos.
A nosotros (México) se nos cruzó ya con las vacaciones de Semana Santa que nos han prolongado por 30 días. Lamentablemente debido a la propagación del COVID-19 también se verá afectado el turismo. Aún no sabemos que tan severas sean esas pérdidas.
Una más… el precio del dólar ha pasado de 18.50 pesos por unidad estadounidense a 24 pesos (redondeando números).
Estamos viviendo un momento en la historia que definitivamente reta a nuestra creatividad, nuestra determinación y nuestra solidaridad. De alguna manera u otra sentiremos estas afectaciones económicas más allá de las pérdidas humanas.
Tratemos de ser empáticos, muy probablemente debamos apoyarnos para salir lo menos raspados de esta pandemia. Ya vendrán planes ya sea por parte del Gobierno o por parte de la iniciativa privada; unámonos.
Apenas lo dijo un buen amigo, “la felicidad es una decisión”. Este panorama no es alentador, pero está en uno mismo el encontrar las oportunidades o solo ver como aparecen los “números rojos”.
Gracias por la atención y nos leemos pronto.
Con una carrera comercial de más de 20 años, con experiencia en distribución y retail, emprendedor en las áreas de aparador o consumidor final. Estudios en la Universidad De las Américas de Puebla, así como en la International Chamber of Commerce en materia de contabilidad y comercio exterior.